El neem (nim) ha despertado la atención de la comunidad mundial ya que de su semilla se extrae un insecticida natural orgánico que compite ventajosamente con los insecticidas químicos. A la fecha, se han encontrado más de 190 especies de insectos que son afectados por extractos de este árbol.

Insectos que han desarrollado resistencia a los insecticidas sintéticos, son controlados con éstos extractos. A este respecto el neem podría ser el precursor de una nueva generación de insecticidas efectivos, que permitirían a la gente proteger sus cosechas de una manera más benigna sin contaminar tanto su entorno. Se ha reportado también que son inocuos para muchos insectos no dañinos, así como para los mamíferos incluyendo al mismo hombre. Asimismo, plantar árboles de neem a gran escala mejorarían los declinantes ecosistemas de muchas áreas perturbadas, traería beneficios al medio ambiente, reducción de la erosión, de la desertificación, deforestación y el mejoramiento de los suelos.

México estaría también, con la posibilidad de atender una parte de la iniciativa de INOCUIDAD propuesta como ley en los Estados Unidos de América y países Europeos, que a futuro causará una gran movilización y negociaciones de normatividad sanitarias. Además, de atender la demanda de grupos ambientalistas y de la población en general para evitar el uso de insecticidas sintéticos.

Con la adopción de esta tecnología, además de contar con el insecticida, podremos contar con un medio ambiente más saludable para la comunidad.